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VIVIR  ENTRE

Instalación multimedia sobre la vivencia migratoria

IVONNE

IVONNE (NICARAGUA)

Ivonnetestimonio completo
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IVONNE: ¿Quién es este personaje que vive en este cuerpo? Es otra pregunta que también a veces me he hecho ¿no? como ¿y yo quién soy? ¿y qué hago aquí? ¿qué pinto? Esto me tocó hacérmela cuando dejé mi país, por cierto. Viviendo allá todo era como a nivel instintivo, supervivencia, pero al venir a España, o al salir de mi tierra natal como que te comenzás a hacer estas preguntas y a darle respuesta. ¿Qué pasa aquí?, ¿para dónde voy?, ¿qué hago?, ¿para qué existo?, ¿qué motivo tengo de vivir? Y hasta el momento que vivo yo creo que todavía esas respuestas no las tengo (risas). Es como un poco tonto porque no sé, si sé que vengo a vivir una historia, que vengo a vivir experiencias, que todavía tengo que redescubrirme y seguir ahí en ese intento de ello, pero yo creo que es una búsqueda de libertad. Una búsqueda de libertad, es algo que me ha llevado a tomar decisiones en la vida, y me ha llevado hasta donde estoy ahora ¿verdad? Yo creo que Ivonne ansía la libertad, la pasión, el amor. No sé son tantas cosas que también a veces me puedo enrollar (risas).

ÁNGELA: Me ha encantado esta devolución porque también … Qué difícil es cerrar algo ¿no? Definir. Todo lo que se define también se cierra, entonces si tú eres libertad tiene que ser una nueva pregunta.  ¿Y de dónde eres Ivonne? ¿ Dónde está ese origen, de dónde salió esa pasión?

IVONNE: Yo nací en Nicaragua, en un lugar cercano a Costa Rica, buscando el sur de Nicaragua,  un pueblo llamado Acoyapa Chontales, un lugar muy verde, de vacas, de caballos, de campo total ( risas). Y un lugar muy hermoso la verdad, pero en el que yo no me sentía acogida, siempre me sentí ajena al lugar. Me gustaba la naturaleza, y me gustaba el campo pero me sentí que no pertenecía ahí. Y decía desde que era una niña: “ me voy a ir de aquí”. Y seguro que algún momento sale la oportunidad, y venga que me voy. Y fue así. Salí de mi pueblo con 19 años. Me fui de la casa de mis padres con 17, y a buscarme la vida, a explorar. 

ÁNGELA: A ver qué pasaba por ahí, inquieta ya desde pequeña…

IVONNE:  Sí, sí, sí, no me gustaba el hecho de vivir en una casa con padres y que mis padres me tuvieran que dar todo. A mí no me parecía normal. Era lo normal pero para mí no. Para mí que mis padres tuvieran que darme alimento todos los días… Entonces decía: “¿Pero cómo pueden gastar en mí esto?, o ¿cómo pueden pagar en un colegio, o en una universidad, o en ropa?” En mi cabeza no, no, no entraba. Es que yo decía: “no, yo soy la que me tengo que pagar mis cosas no ellos a mí”. Entonces no sé, yo creo que me incentivó esa fuerza de independencia, desde niña. Salir de la casa de mis padres. 

ÁNGELA: Y entiendo que saliste, ¿tal vez a una ciudad dentro de Nicaragua?

IVONNE: Sí, salí dentro de Nicaragua. Primero en el mismo pueblo, y ya después me fui a la capital. Me fui a vivir a la capital con 19 años. Con una pareja en ese momento. Y comenzamos a buscar trabajo, de todas las maneras posibles, buscando todas las alternativas, sin saber, sin tener experiencia, pero nada, a currar. Sí. 

ÁNGELA: ¿ E Ivonne, lo que te trajo para España que fue, qué lo motivó? 

IVONNE: Mi viaje de Nicaragua a Europa, digo Europa porque lo primero no fue España. España no era el lugar que yo tenía destinado venir a vivir. Realmente el lugar donde yo quería ir era Alemania, pero yo primero salgo de Nicaragua para Costa Rica migrando en una situación totalmente de incertidumbre porque en ese momento pues estaba atravesando mi país una situación bastante fuerte política y socialmente fuerte, en la que yo me encontraba involucrada por haberme manifestado en contra del gobierno en el año 2018. Eh, esto a mí me lleva muchos problemas porque yo trabajé 4 años, no, 6 años, es que se ma va la olla de las fechas. 6 años trabajé para el gobierno de Nicaragua. En el tiempo que yo comencé a manifestarme en contra del gobierno ya no trabajaba para el gobierno. Hacía unos meses que había renunciado a trabajar para el gobierno. Y no renuncié por la problemática del gobierno en ese momento, renuncié por asuntos personales. Y cuando pues ocurre todo este problema en 2018 yo dije, o sea, yo me pasé durante los 6 años que trabajé para el gobierno, yo me pasé callando, me aguanté todo por tener un trabajo, porque bueno aquí donde estoy estoy estable, y no sé, pues entonces cualquier persona en mi situación habría hecho lo mismo. A veces por tener una estabilidad laboral, a veces uno es capaz de aguantar muchísimas cosas. Y eso me pasó a mí hasta que llegó un momento en el que renuncié y comencé a experimentar un poco de libertad ¿no? Libertad de expresión porque realmente trabajando en Nicaragua para un canal del gobierno pues no, no puedes expresarte libremente en contra de las cosas que realmente no te parecen. Te tenés que callar, aguantar y si te atreves pues te echan. Entonces nada, yo sentí ese aire de libertad y dije no, ya no más. Yo no voy a seguir aquí viendo como… o sea hay gente que a veces puede ver injusticias y se hace … se tapa los ojos, no escucho, no me entero. Yo tengo esa parte de mí que cuando veo injusticia no puede ¿sabes? Lo paso fatal, y ya dije ya no. Entonces comencé a ir a manifestaciones a apoyar a gente de toda la manera posible, a hacer partícipe en toda, en toda actividad que en ese momento… estuve en contra de lo que estaba ocurriendo. Y como era conocida pues a nivel nacional, fui presentadora en los canales del gobierno, entonces pues eh, pues eso me repercutió pues en el aspecto de que pues comenzaran a llegar amenazas ¿verdad? Que me persiguiera cuando salía en manifestaciones, sales corriendo, tomar un taxi, que viene un motorizado atrás y no sé quién es. O que afuera de mi casa se escucharán disparos y no sabía si era a mí o al otro vecino, o…. Bueno, a través de redes sociales se regó mi dirección exacta de casa, con número teléfono, todas las indicaciones en amenaza de que fueran por mí, que me fueran a buscar. También agarran parte de la imagen mía como de presentadora de TV para decir que yo era prostituta, para decir que yo era lesbiana, que tenía VIH, bueno un montón de cosas en contra de mi persona, de todas las maneras para desprestigiarme a mí como persona. Y también para decir que yo era parte de las personas que se oponían al gobierno, que me buscaran, que me hicieran algo.

ÁNGELA: Un ensañamiento a todas luces.

IVONNE: Sí, entonces yo al verme en esta situación pues me … Cada vez me voy abrumando. El haberme expuesto, yo me expuse en las redes sociales a hablar totalmente, a destaparme totalmente en contra del gobierno. Y bueno en un momento pues a veces yo creo que, a veces, como te digo, no sé, la euforia, la energía, todo lo que ocurre. En ese momento todo lo que ocurre uno no está, como es la palabra… Ay se me fué.

ÁNGELA: Lúcido…no sé

IVONNE: Que yo no era tan consciente tal vez, por todo lo que ocurría de que iban a llegar esas amenazas, que me estaba exponiendo demasiado. En el momento que toda la gente, pues se comenzó a expresar en contra del gobierno, a mí me parecía que con todo lo que estábamos haciendo pues el gobierno se iba a ir ¿no? Yo pensaba de que las salidas y todo lo que armábamos y esto iba a hacer una repercusión de un cambio en el país. Entonces yo nunca me imaginé que iba a recibir amenazas, que iba a tener que huir del país ni nada de esto. En fin para no alargarte la historia debido a todo esto tomo la decisión en 15 días de vender todas mis cosas y decir venga que aquí no se queda ni Dios. Si quiero vivir o sea, pues me voy, y si me quiero arriesgar a que… pues me quedo. Entonces yo dije, nada. Vendí las cosas, me fui, y me fui a Costa Rica, al país vecino porque bueno, mis posibilidades económicas no me permitían tampoco tanto. Además yo no, no es que yo conociera gente por Europa, para venir a Europa. No me pasaba por la mente Europa, tenía mi ex- novio en ese tiempo en Alemania, pero tampoco era como me le voy a ir a meter a este ahí. No, ¿sabes? Así que nada, me fui a Costa Rica, de Costa Rica vine a España, pero a hacer solo unos trámites, y después me fui a Alemania. Y como en Alemania las cosas no salieron como yo esperaba, pues tuve que venirme a quedar a España. 

ÁNGELA: Entiendo que con esta circunstancia con la que sales, y toda la deriva que haces por los países te has tenido que encontrar muchas veces con la frontera, y con las políticas migratorias de los lugares. ¿De qué manera ha impactado en ti?

IVONNE: Bueno yo creo que en el primer lugar en que me impactó fue en Costa Rica, porque bueno, el vecino país uno te puedes imaginar si es que… Tú vives en España y dices la UE, todos los países estamos unidos, viajo con solo con el DNI tranquila, no pasa nada. Mientras que nosotros no tenemos esa ventaja. Hay gente que le molesta la UE, para mí, para mí es una maravilla que tienen ustedes aquí. Ya me gustaría yo que existiera la unión centroamericana, o los países unidos de Centroamérica, o que fuera Mesoamérica como fue antes. Ya deseara yo eso, eh. Entonces cuando yo me voy a Costa Rica pues me doy el primer “plaf” porque claro que, aunque yo sé que para ir a Costa Rica tenemos que pagar una visa, no podemos entrar solo con pasaporte y nada de eso. Entonces eh, bueno, pues hice todos los requisitos para la visa no sé qué, para llegar legal. Salí muy bien del país. Pero cuando llego a Costa Rica me doy cuenta de una discriminación fuerte que hay hacia las personas de Nicaragua. Eh, el nicaragüense allá es visto.. Es bulgar, es corriente, es… tiene rasgos indígenas, y como tiene rasgos indígenas ¡qué espantoso! Para ir.. en Costa Rica desde que estás en la mera frontera, que pasas por la frontera, porque yo por ejemplo me fui en autobús, y los autobuses pasan por la frontera legal. Entonces yo estoy haciendo cola y claro, pues por suerte, hasta lo digo por suerte, porque imagínate que mierda decir esto pero… Soy medio desteñida que digo yo, porque yo no me considero blanca, porque si te ven un poquito morenita con unos rasgos más así indígenas, un poco, ya te detienen en la frontera de Costa Rica. Y te preguntan para dónde vas, te comienzan a hacer muchas preguntas incluso te requisan la maleta. Y yo estaba asustada de un pobre señor que lo tenían detenido ¿ por qué? porque el pobre señor parecía del campo, una persona humilde, incluso ya la gente del campo camina con, no sé como se llama aquí, una rula, un machete. No porque va a matar a alguien porque es que ellos trabajan en el campo.

ÁNGELA: Claro.

IVONNE:  Entonces este eh, comienzan a detener a estas personas como que son delincuentes, y claro, yo me quedo así de…¡ pero si éste es un pobre señor! Después otra señora, y así. A mí no me dijeron nada claro, porque me miraron un poquito blanquita, un poquito vestida no sé de qué manera… pero.. La verdad es que iba yo con unas grandes maletas, que era horrorosas de incómodas, no me registraron nada. Detuvieron a personas, y yo me quedé así en el primer… Cruzando la frontera y digo yo: “ madre mía”. Y no los dejaron pasar. Entonces ese fue como primer en Costa Rica que yo me quedo pero.. joder. Dije: “pero qué putada esto”

ÁNGELA: Sí, te das cuenta que la frontera no es igual para todos. 

IVONNE: No.

ÁNGELA: Está atravesada por muchas cuestiones de clase, racistas, ¿no? Y todo eso te sitúa en un lugar de privilegio o no, para pasar y quedarte.

IVONNE: Claro. Es así. Entonces esa fue mi primera impresión. Después cuando yo estoy en Costa Rica, y bueno, y ya estoy asentándome, por así decirlo. Y comienzo primero a buscar trabajo, eh. Costa Rica hay… mucho, muchas personas dominicanas, que son las que están, los que tienen bares, o tiendas, o restaurantes…no sé qué. Hay mucha migración en Costa Rica. Hay venezolanos, dominicanos, pero a mí me llama mucho la atención que la gente dominicana en Costa Rica eran los que trataban peor a la gente de Nicaragua. Era un maltrato aprovechándose de la situación en la que uno se encontraba. Porque bueno, yo me voy, yo no tengo papeles. Me veo que en Costa Rica hay que pedir un permiso de trabajo, que pedir un permiso de trabajo es más fácil aquí en España yo creo que pedirlo en Costa Rica. Un papeleo, un montón de cosas, eh… en ese momento yo llegó y voy a pedir asilo. Entonces cuando tengo que pedir asilo en Costa Rica voy a pedir información de cómo hago, no sé qué, y me doy la sorpresa que me dicen de que llegue un domingo porque el lunes las citas en la mañana y no sé qué, y no sé cuanto. Y yo llego un domingo para el asilo, para pasar haciendo cola desde el domingo para el lunes, para que me atendieran hasta el lunes. Yo llego a la famosa cita, cola, lo que le queráis llamar y había más de 5000 personas haciendo cola en un frio que para mí era frio porque como yo nunca había venido a Europa. Yo en Costa Rica sentí 16 grados y yo me estaba congelando. Para mí era lo más extremo que yo había sentido en mi vida, y dormir en la calle con 16 grados, yo que vivía a 35 en Managua, pues era una diferencia abismal. Entonces llego a ese lugar y resulta que es como la estación de policía, con migración. Son como unas oficinas así en Costa Rica, a pedir asilo, y no atendían a nadie. O sea te dicen: “ bueno, mañana vamos a abrir a las 9 de la mañana y atendemos a 80 personas al día, pero es que habíamos mas de 5000 nicaragüenses solo para pedir asilo. Y hemos estado ahí, o sea, con mi hermana también, porque mi hermana también se fue y hemos amanecido allí en la cola. Yo creo que era la 800 no sé qué… o sea era aquello anormal. A ver nosotros decíamos: “ no nos vamos de aquí hasta que nos atiendan” ¿no? Y hemos pasado hasta el lunes como a las 12 del mediodía que nos atendieron y para decirnos de que nos iban a dar una cita en tres meses. En tres meses. Y en ese momento…

ÁNGELA: Que en ese momento no era para la solicitud de asilo, era una cita para… ¿ no?

IVONNE: Exactamente. Y en la situación que en ese momento estaba viviendo Nicaragua que era garrafal, o sea, a nadie nada. Y después yo me comunique con persones que ya habían ido a hacer ese mismo trámite y que eso… les dijeron que tres meses y que después les iban diciendo seis. O sea que iba cada vez aumentando de que.. nada. Y en la actualidad asilo, de Costa Rica, por parte de nicaragüenses muy pocos. Te digo porque tengo amigos que salieron de Nicaragua a Costa Rica con situación de que el gobierno les metió presos, o sea más heavy. Que estuvieron ahí pasándola peor que yo, y nada de asilo. 

ÁNGELA: Pero eso, porque estaban indocumentados en el sentido de que estaban de manera irregular administrativamente…

IVONNE: No, este, por ejemplo. Yo fui a pedir asilo y estaba con mi visa, estaba legal. Y la mayoría de la gente que se va a Costa Rica trata de irse con su visa, pero es que es una visa de tres meses, claro. Y quién te asegura a ti que después de esos tres meses ya te dieron el asilo y ya te vas a quedar allí legal. 

ÁNGELA: Claro, que no entendía porque les habían metido presos, si era una cuestión administrativa. Que aquí igualmente te meten a un CIE, que sabemos las condiciones que parece que es alguien que ha cometido un delito y no que está transitando por el mundo. No sé si esa circunstancia también se daba en Costa Rica. 

IVONNE: Sí, yo siento que allá hay una desconexión estando tan cerca de lo que se está viviendo. Y es cierto, históricamente, el nicaragüense ha migrado a Costa Rica. Históricamente siempre, pero yo siento que en una situación como la que estaba viviendo Nicaragua en 2018 no se puede hacer tal cosa, o por último no hagas a las personas hacer una cola, dormir allí en la noche. Que tengo las imágenes de ese día, ese día yo lloraba. Eso era triste. Gente con bebes recién nacidos, durmiendo allí, pasando hambre, la gente sin dinero… o sea que la gente se va justa con el pasaje y no tiene nada más. Que no tienen dónde dormir. A ver yo conseguí dónde dormir pero ya te digo, yo pasé, la pasé fatal. Osea estuve donde una persona que me quería prostituir. Eh, uno se arriesga horriblemente, y para que te digan, en tres meses, tres meses que no van a ser cumplidos. Y en esos tres meses qué haces, quién te da trabajo. Yo me fui a pedir trabajo por todos lados, por todos lados y qué pasaba. Me quedaban viendo así como… me escaneaban el cuerpo, me escaneaban el cuerpo porque allá querían en un bar, en un restaurante una camarera que… La querían sensual, pechugona, que se mire bien buena, porque ésta trae clientes. Y te digo porque yo iba con mi hermana a buscar trabajo. Mi hermana tiene más ese cuerpo más exuberante. Yo hasta ahora que he subido de peso, pero yo era más flaquita, más así… Me quedaban viendo con una cara de … ésta, ésta no para ni las moscas  ¿no? Así. Mientras que a mi hermana, mi hermana consiguió trabajo porque dijeron ésta bien buena, mírala cómo se ve. La contrataron inmediatamente, y a mí, nada. Entonces yo comienzo a ver ese tipo de ambiente ¿no? Y se ve en la calla, como aquéllo. Por eso es que, a veces, en Europa dicen: “ Ay es que eso, lo latino ¿ no?” Lo ven, tienen ese concepto, como lo latino, la mujer vulgar, no sé qué. Pero yo creo que es como… Hay una sociedad que quiere arrastrarte a eso. Y yo no me quería arrastrar a ese estigma, como de la tía que está bien buena, que está aquí en el paro. Que está en la tienda pero está bien buena… A mí eso no me gustaba nada. Entonces son todas esas cosas que para mí son parte de un racismo que también se vive. 

ÁNGELA: Eso iba a decirte ¿no? Que hasta qué punto esta situación de que te conviertan en ilegal te desarraiga de todo el sistema. De la posibilidad de trabajar, de la posibilidad de participar en una sociedad. Es eso lo que te hace vulnerable, te vulnerabiliza para que tengas que acabar además en situaciones como este caso que comentabas. Como esa situación te lleva a que alguien sea capaz de intentar comercializar tu cuerpo. 

IVONNE: Exactamente.

ÁNGELA: Como esa situación te puede todavía dejar en una situación peor. Y eso tiene que ver con no regularizar a las personas. Y eso, a veces, se olvida ¿ no?

IVONNE: Exactamente la no regularización en ese sentido… Yo siempre he pensado, y le digo a mi pareja: ¿pero cuál es el problema?¿Por qué no se regulariza? Claro, si hay alguien que tiene problemas, antecedentes penales, claro de que ha estado… Hay que investigar por supuesto, no vas a regularizar a todo Dios porque hay gente que sabemos que puede venir a… a cagarla por así decirlo en una palabra. Pero creo yo que las personas que no tenemos ningún antecedente, que lo que queremos es tener una vida normal, trabajar, ser una persona, o sea, con un DNI, poder tener una cuenta en el banco con un DNI, poder llegar a un lugar y decir éste es mi permiso de trabajo, yo quiero trabajar, estos son mis documentos. Yo creo que lo deberíamos de tener, entonces en un país como Costa Rica yo me sentí negada a eso y me sentía desesperada. Conocí muchísimas mujeres en el mundo de la prostitución en Costa Rica. Conocí muchos hombres en el mundo del sicariato. Así, muy de cerca, y gente que estaba fatal, fatal, aquello. Gente que vivía en la extrema pobreza. De vivir en Nicaragua en la extrema pobreza, de pasar a Costa Rica, a lo peor de lo peor. A ver cosas que yo decía: “ madre mía yo esto no me imaginaba que existía”. Entonces a mí me comenzó a… la inmigración. Cuando yo vivía en mi país me parecía que era como el sueño americano, como ahhh.. la gente se va, y trabaja, y tiene dinero, y yo los miraba como ese espejismo, así.  Y cuando llegué a Costa Rica todo eso se me cayó así, pash, y dije esto es falso. Que aquí la gente pasa hambre, que aquí la gente no tiene un permiso de trabajo, no tiene papeles. Y así, y así comencé a verlo y hasta que se dio la gran oportunidad, porque para mí fue una gran oportunidad. Una amiga mía me regaló el pasaje para poder venirme a Europa. Porque la situación en Costa Rica a mí se estaba agudizando. Yo me acostaba todas las noches y lloraba, y decía uf, por alguna razón estoy viviendo esta experiencia, pero yo saldré de aquí. No sabía cómo pero tenía toda la fe que iba salir de ahí. Pero sinceramente, viví un infierno eh, un infierno. Y me alegro mucho haber salido de Costa Rica. No sé si algún día vuelva, tal vez por mi hermana, o por algún familiar, pero yo realmente yo te digo que ahí yo viví las cosas más fuertes que he visto en mi vida. Pues las he vivido en ese vecino país, que la gente siempre habla de Costa Rica, que todo es muy guay. 

ÁNGELA: Pura vida que dicen ¿no?

IVONNE: Y yo, en mi caso no fue así ¿verdad? Tal vez otras personas han vivido otras experiencias, pero también hablo con amistades, me cuenta de que están viviendo ahí, me dicen, todas las … Ya sabes que esto es un espejismo. Que una cosa es lo que se vive y la que se cuenta otra me decía. Y pues es así. 

ÁNGELA: Claro. Pues muchas de las cosas que íbamos a comentar en el propio relato han ido saliendo. Cuestiones que tenían que ver con qué implica ser una mujer latinoamericana ¿ no? cuando migra.. Todas estas experiencias que comentabas… de cómo se lía tu cuerpo, de cómo eras leída en ese prejuicio social que hay en función de dónde vengas. Parece que se tiene asignado una ciertas tareas. Y recuperando un poco también esa experiencia en España, por poder entender un poco cómo ha sido la experiencia aquí, que te has encontrado, tanto con esas dificultades que seguramente han surgido a nivel de política migratoria, de administración, y con la gente ¿ no?

IVONNE: Bueno, aquí en España pues vine ya prácticamente un poco a pedir asilo. Ya venía directamente a pedir asilo porque cuando me fui a Alemania…en Alemania no iba a pedir asilo sino que iba a pedir una visa para estudiar el idioma, porque una de mis mejores amigas pues es alemana y me estaba ayudando con todo eso, pero a la hora de la hora pues no pude hacerlo porque… Me fui a la embajada alemana en Madrid y me dijeron de que yo no tenía derecho a pedir una residencia o visa para Alemania porque yo no soy, no pertenezco a… mi país no pertenece a la UE, y entonces solo funciona entre países de la UE. Que si yo quería hacer esa gestión tenía que hacerla en mi país, y bueno, yo no podía hacer eso en mi país pues ya sabes la situación. Así que me cambia todo el plan y en ese momento eh, lo único que pienso pues es en pedir asilo porque yo no tenía ni un euro en la bolsa, no tenía tampoco un plan, no sabía qué iba a hacer. Porque yo después de haber pedido asilo en Costa Rica y haber pasado lo que pasé, pues sí estaba un poco traumada de pedir asilo en otro lado. O sea allá era como… yo ya no voy a pedir asilo en ningún lado, fatal. Pero nada, al pasar lo de Alemania que deniegan todo, que no puedo hacer nada, y no me puedo quedar viviendo en Alemania de ilegal y en Alemania no me dan asilo porque el primer país de la UE que yo entré es España y entonces las leyes dicen que te dan asilo al primer país que entras. Y me toca venirme a quedar a España. Te lo juro que venía fatal, no quería quedarme en España. Al inicio para mí fue muy duro, maldecía así fatal: “ ¿ por qué vengo a este país?, no sé qué, uf. De verdad, hay una parte de mí que estaba como uf, como que mis planes no han salido y ahora qué hago. Yo solo tenía un conocido, yo no conocía a nadie aquí. O sea, un conocido por parte de mi ex- novio que estaba viviendo en Madrid y que sabía que él había pedido asilo, pero no asilo político, sino asilo por su orientación sexual, porque es discriminado por ser gay. Entonces como él ha pedido asilo pues yo le pregunto que si tiene información y pues me da una información pues, un poco básica pero que bueno me ayuda un poco a mí a dónde ir, qué hacer, y pues nada, pues vengo aquí a España y casi me viene a pasar lo mismo que en Costa Rica. En ese momento yo empiezo a maldecir: “ ¿ sabes qué?” Todos los países son la misma mierda, porque pasa lo mismo. Vengo y me dicen que de tal día a tal hora, 80 personas atienden, no sé qué. Y yo madre mía. Que usted tiene que venir temprano, porque por lo general hay mucha cola, y yo sí, sí, sí, venga. Pues venga lo voy a hacer, voy a llegar temprano, pa, pa, pa. Yo llegue a hacer cola a las 3 y media de la mañana en Aluche, en Madrid. Y me encontré ya, sí, una cantidad como en Costa Rica, 5000- 6000 personas haciendo cola. Allí había de todo: venezolanos, haitianos, africanos, bueno de todo, todo, todos los países, centroamericanos, y nada llego ahí y veo el montón de gente. Yo era la ciento… porque llegue temprano, 182 creo, hasta tengo una foto porque hasta me marcaron sí, como…. Y claro me da bastante tristeza ¿no? porque tengo que hacer otra cola para pedir una cita, para ver si a mí me van a dar un asilo, que no sé qué va a pasar. Así que nada, me hicieron dormir tres días en la calle, en un frió de noviembre con 5 grados, que ya en Madrid ya hacía en ese momento 5 grados. Las temperaturas más bajas y ahí sin dinero, con hambre, sin saber qué iba a pasar, si me iban a atender en algún momento o no me iban a atender. Y por suerte los venezolanos son bastante …bulliciosos, entonces algún venezolano se le ocurrió llamar a algún medio televisivo. Llegaron a cubrir la noticia de todos los que estábamos durmiendo en la calle e inmediatamente ahí sí, la policía hizo cartas en el asunto y comenzó a armar una lista con los que estábamos para podernos sacar. Porque alguien habrá llamado o algo porque es que daba vergüenza toda la gente ahí. También tengo vídeo de eso. Bebés, todo, la gente ahí acampando días sin parar. Así que nada llegaron a levantar una lista y nos dijeron claro, para sacarnos de la cola, para que desapareciéramos de ahí nos dijeron: “sí, sí, la próxima semana tienen una cita, no se preocupen, todo esto va a ser rápido”. Pero mentira, me dieron a mí una cita que era en tres semanas y cuando llego a la cita me dicen que esa cita es para hacer otra cita ( risas). No era más que eso. Era para que… un papelito con una fecha y ya. Y la cosa es que era para dentro de tres meses así que en esos… Yo me tuve que buscar la vida. Yo le dije a la policía: “pero yo qué hago en estos tres meses, no tengo dinero, no tengo trabajo, ya se me venció mi estadía aquí, ya quedo en un estado irregular ¿A dónde voy?” No tenía nada absolutamente. Así que me dice el policía: “ lo siento mucho, no es mi problema, yo no le puedo ayudar” me dice. Me dice si puede ir a Cáritas a que me den cosa de comida, a no sé dónde… a todas estas ONG. Pero al fin y al cabo… me dijeron que fuera… ¿ cómo se llaman estos que son famosos? Este de los que ayudan… CEAR. Pero todos estos, CEAR, no sé qué, todos estos mientras no te dieran un papel la policía, o sea mientras yo no tuviera una cita donde me dan un papel donde ya me dan un NIE, un número, que para mientras me… sabes que hago ya un proceso. No hacen nada, ninguna de estas ONG hacen nada. Si tú llegas así: "hola, es que mire” Te dicen: “ vaya a la policía, vaya a hacer esto y después usted trae tal documento” O sea, no funcionan así. Yo llamé a todas e investigué y nada, así que bueno pasaron los meses y yo lo que hice, con mi amigo, es buscar otras organizaciones por cuenta de nosotros a ver qué podía ser. Y encontré a una que ayuda a la comunidad LGBTI en ese momento, que no es conocida. Es muy personal, muy privada. Un chico de Costa Rica con su pareja, en su casa, acogen a chicas trans, a chicas que han sido maltratadas, bueno y a chicas de la comunidad LGTBI, todo esto. Y por medio de éste, de este chico, yo pude conseguir una cita con ellos y su ONG para que me tuvieran a mí tres meses. Porque ellos lo que normalmente tienen a la gente eran tres meses. Ellos vivían en un barrio de Madrid, me entrevistaron, conté mi historia y me dijeron que pues, que iba a tener techo y alimento durante esos tres meses y bueno, y para mí fue un soplo de luz porque era como … me salvan la vida. Pero claro, antes de ese momento yo anduve durmiendo por ahí en la calle. Tenía citas en Tinder para ir a comer con alguien por ahí y tener donde dormir ¿ sabes? No por follar o algo sino para tener donde dormir con alguien o hablar, no sé. Estaba un poco con mi mente pasándola mal entonces…

ÁNGELA: Y te das cuenta que ahí lo que verdaderamente te sirvió fue una red autónoma de personas migrantes que habían compartido también esa experiencia. Escuchándote veía la importancia que tiene que se escuchen estas historias de las propias personas que migran de cara, yo desde el desconocimiento y que no he tenido esa experiencia, pero toda esa parte más administrativa de llegar a un país, toda esa incertidumbre que te deja en un estado emocional muy debilitado. Si alguien te acoge en esa red, te explica el procedimiento…. Que también será impotencia pero por lo menos siento que no tienes ese desconsuelo total de no saber nada, de nada, de nada. Entonces siempre pienso que las personas cuando tenéis estos colectivos de personas migrantes autónomas muchas veces resultan más potentes y más eficaces de cara a poder ofrecer casa, techo, comida…que no esto que cuentas de ONGs que supuestamente están dentro de toda la parte más institucional y que os dejan fuera de los recursos en ocasiones y  más vulnerables.

IVONNE: Sí, en ese momento fue pues lo que me ayudó. Y ellos… yo todavía tengo contacto con ellos… Yo casi no me involucro ahora porque ellos están en una parte muy política, en la que yo prefiero no … pero sí. Yo aprecio mucho esa labor que hacen, porque eso de agarrar tu casa y darle a alguien hospitalidad durante un tiempo pues eso, eso es admirable realmente de hacer. Y yo aprecio mucho pues que en ese momento pues me dieron ese cobijo aunque yo mentalmente fatal. Estaba buff. Yo he pasado unas depresiones pues hacía todo esto… porque son muchas inseguridades, la incertidumbre de no saber dónde vas, cómo va a ser, en qué momento vas a tener papeles. Yo todavía en la actualidad todavía no tengo los papeles, entonces imagínate. En ese momento me sentía tan desesperada, y mira todo el tiempo que ha pasado… O sea. Y a veces, pues una decía, pero ésta es tonta o qué. Hay gente que tiene la suerte de haber conseguido papeles rápido porque bueno, han tenido otra historia, y les ha tocado de otra manera. Pero sin embargo pues en un momento si te digo me frustraba conmigo misma ¿ no? como ¡qué mierda! no tengo nada, y ¿qué hago aquí?  y ¿a qué hora me dan esto?… y bueno.. De esa situación pasé los tres meses ahí y este, me fui a la cita y conseguí que me dieran el primer papel, di mi declaración y conseguí que me dieran le llaman… Todos los asilados saben, le llaman la carta blanca…

ÁNGELA: ¿ y luego viene la tarjeta roja no?

IVONNE: Lo primero es la carta blanca, sin la carta blanca no hay tarjeta roja. Y sin la carta blanca no hay ayudas en ninguna ONG, cuentos. Que vas a llegar a una ONG: “ sí venga, toma “ No. Entonces lo primero fue la carta blanca. Me la dieron y ya con la carta blanca yo podía hacer una cita por internet, antes se podía, dicen que ahora están saturados. Esto está peor cada día se satura más. Y yo hice una cita a través de internet con los trabajadores sociales, trabajadoras sociales en la policía en Madrid, no me acuerdo qué estación pero era con unos trabajadores sociales de la policía. Entonces hice una cita, había gente….. todo depende del funcionario. Hay funcionarios que se quieren evitar los trajines y te dicen: “ no, toma, llévate la tarjeta roja y búscate qué hacer con tu vida” Hay gente que llegaba con la carta blanca y le daban la tarjeta roja al mes, porque te dan la tarjeta roja al mes de la blanca, dependiendo la suerte. Entonces hay gente que llegó a la estación de policía, llevó su carta blanca y le entregaron la tarjeta roja que decía: “ autorizo a trabajar”. Yo vi tarjetas rojas de gente en un mes que decía autorizo a trabajar. Yo decía: “¡ la hostia, qué guay! “o sea, ¡qué bien! ¿ no? Que en un mes voy a trabajar… me voy a cualquier tienda en Madrid ya pido trabajo y se acabó. Ya me alquilo una habitación la más baratita que me encuentre aunque sea al final de no sé dónde, y ya dije. Yo me miraba trabajando en Zara o donde fuera, buscándome la vida. Y la cosa es que llego y me dicen que mi tarjeta roja todavía no. Que no tengo tarjeta roja todavía. Y yo digo pero ¿ por qué? Es que tienes que esperar. Y lo primero que yo le digo es: “ yo no quiero ayudas” Y yo un poco así como… yo no quiero ayudas porque también me habían comentado esta gente que les había dicho autorizo a trabajar es que me dice: “a mí no me dieron ayuda pero me mandaron a trabajar ya” Pues yo lo que quiero es trabajar, yo no quiero esa ayuda porque yo no sé ni a dónde me van a mandar, le digo. Yo llego lo primero que le digo: “ mire no se preocupe, yo mi tarjeta roja y asunto arreglado. A mí no me dé ayuda, no me de nada. Lo necesito pero si tengo trabajo, si yo puedo trabajar”  yo decía. Hablo con los de la ONG, que me tengan un mes más mientras consigo trabajo de lo que sea, decía. Y ya con esto hago lo que quiera. Pero qué va. Llego y me dice que no, que yo no puedo tener un permiso de trabajo hasta dentro de 6 meses. Y a mí cuando me dice eso es, ¡ madre mía, joder! ya está. Estaba que me moría. Y ahora qué hago, yo he estado tres meses en un lugar digo pero no me van a tener más tiempo. Tampoco quiero estar más tiempo porque es  que no me siento yo cómoda de estar ahí sin.. pues yo no estoy haciendo nada señor. Entonces me dicen que sí, que me dan una ayuda, que no me preocupe, que los trabajadores sociales se encargan de mí, no sé qué, que yo voy a tener dormida, comida, y que voy a tener apoyo psicológico y no sé qué y no se cuánto. Pero claro yo era como está bien, ajá, pero en ese momento me dicen que me tengo que ir a un lugar llamado Torrelavega en Cantabria ( risas). Claro y yo digo eso dónde es, qué es eso. Y claro yo en Madrid el tiempo que había estado en Madrid ya había hecho mi pequeño grupo de gente ¿no? Ahí como que.. ya iba armando un círculo de gente. 

Y claro me dicen que de pronto me mandan a Torrelavega, Cantabria, pues … que no sé, ni sabía dónde estaba en el mapa… O sea, qué es Cantabria, qué es eso. Y me dice el trabajador social :” mire pero hay una playa cerca”, y lo le digo: “pero es que mire señor a mí no me interesa si hay playa cerca, yo lo que quiero es trabajar” le digo. 

ÁNGELA: Claro. 

IVONNE: A ver, pues qué guay ¿no? La playa, le digo, pero yo … mi mente no me daba para ir a la playa, o eso. Yo lo que estaba pensando era curro. 

ÁNGELA: En trabajar, exactamente.

IVONNE: Entonces me dice no es exigido me dice. Si quiere tomar la ayuda me dice, o si quiere no la toma y hace… y viva como está viviendo. Y yo pues ¡qué putada! porque no tengo otra opción, dije.  Y nada, pues dije… En ese momento tenía que decirlo, porque si me iba y le decía lo voy a pensar mañana pues ya no hay cita. O sea… Así que nada, acepté la ayuda. Acepté irme a Torrelavega. Tenía que irme a Torrelavega en dos semanas sin tener ni idea del lugar ni nada de eso. Y me fui a Torrelavega y estando en Torrelavega si tuve la tarjeta roja pero pasó un tiempo. Pasó más de un mes para que tuviera la tarjeta roja pero no era con permiso de trabajo, solo era la tarjeta roja. Fue como ellos dijeron 6 meses después con permiso de trabajo. Claro pero en Cantabria conseguir trabajo no es como estar en Madrid (risas) Y ahí ese era otro asunto. Pues tuve algunos trabajitos temporales pero…más que todo trabajo ilegal. Al fin y al cabo de cosas de verano, de … yo me fui a cortar frutas en el verano, me fui a cortar arándanos.. que ahí fue uno de los lugares donde … me sentía explotada por así decirlo. Un poco… un trabajo un poco machista ¿no? porque no había mujeres cortando fruta, solo hombres y como que … tienen una manera como de ver… los chicos son más fuertes y más ágiles y lo hacen más rápido pero realmente de los que cortábamos yo era la segunda eh. O sea estaba el cortaba más y después le seguía yo. Entonces…

ÁNGELA: Sí, lo que decíamos ¿no? Toda esa carga cultural que nos dice que las mujeres valemos para unos trabajos y lo hombres para otros y que no tiene ningún sustento con la realidad. Y eso también está operando ¿ no?  El sexismo, el racismo, la clase, que median todo tipo de relaciones sociales y que nos complican la vida en general ¿ no?

Y también te quería preguntar que tu experiencia es de haber vivido en Nicaragua, ahora también haber llevado todo el tiempo que llevas aquí, que si no recuerdo mal decías desde el 17- 18 por este continente ¿ cómo es esa experiencia de…o si tú la vives así, de vivir entre, de tener esa emoción en dos lugares y habitar en dos espacios, si es que es tú caso.

IVONNE: Bueno una pregunta que a veces no sé cómo darle respuesta. Porque yo también me enrollo mucho con ello ¿sabes? Creo que últimamente lo voy llevando mejor. Yo creo que esta vida en pareja me ha venido súper bien porque con esta persona me he sentido con mucha libertad. Me he sentido acogida, escuchada, pero esto hace no mucho eh, tengo año y medio que estamos juntos ya, creo que año y medio. El año pasado vinimos a vivir juntos pero antes de esto pues en Torrelavega yo la pasé con muchísima depresión con todo esto ¿ no? como no terminar de entender dónde estoy. Eso me jodía bastante. Me despertaba con muchas pesadillas de que la policía me estaba siguiendo, de cosas así, siempre soñando con el pasado de allá. Y no poder entablar una vida en el presente aquí. Aunque yo soy comunicativa, aunque yo me relacionaba con gente en Torrelavega no terminaba de sentirme… fuera de lugar ¿ no? Porque queramos o no son culturas tan diferentes, son experiencias tan diferentes. Para mí enriquecedor conocer personas de tantos lugares y escuchar sus historias de vida, sus experiencias… pero claro, a veces, uno. A mí me pasaba, me sentía un poco como incomprendida o sentía como incompatibilidad en todo porque yo decía pero esta gente vive otro mundo, que viajan y no sé qué y lo otro y que sus problemas son cosas que no eran problemas ( risas) Y sus quejas tampoco para mí eran la gran queja. Y tampoco yo quería ser horrorosa y decirle:” de qué te quejas tonto", pero claro, yo con mi mundo y mis cosas decía, pero claro, si me pongo a hablar esto.. bfff, ósea van a decir ésta… me parecía que iba a ser yo una persona negativa, que no iba a entablar aquí en un grupo porque van a decir ésta con qué viene. O sea como que yo vengo a echarle cargas encima a la gente. Y yo no quería echarle carga a la gente encima, decirle mira soy migrante y me pasó esto y lo otro, pero quién quiere saber los problemas del otro. Entonces para mí esa parte… equilibrar. Tener una vida normal, ser una persona normal en este otro país, en esta sociedad, para mí era algo que costaba y a veces me cuesta, y no lo puedo negar que todavía no me cueste. Ahora creo que me siento más tranquila en ese aspecto pero a veces llegaba a tener así un poquito de crisis de ansiedad y yo estaba a veces en lugares y solo quería salir corriendo. Estaba en un bar sentada tomando algo y yo solo quería irme, salir llorando y quería aparecer en Nicaragua y no sé, quería solo estar abrazando a mi madre, y decía: ¿por qué estoy aquí?, me siento bien, sí, porque también me sentía bien de no estar en el desmadre de allá, pero si había momentos en los que no … que solo quería estar en ese cobijo de mi madre¿ sabes? Y me sentía como una niña vulnerable. Que no me encajaban las cosas de aquí, ni la política, ni lo que ocurre, ni no sé qué y .. en fin. 

ÁNGELA: Lo que cuentas es de una fortaleza bestial. Y también te das cuenta como en esas experiencias de intentar sobrevivir a un sistema cruel, me ha hecho resonar mucho lo que decías de ser una persona normal ¿ no? Normal en el sentido de poder estar participando de una sociedad, pero para poder participar te tienen que dejar. Si no te dejan trabajar, si no te dejan estudiar reglamentaria, si no te dejan formar parte de eso….la experiencia es de vivir en otro lugar. Pero en otro lugar porque no te dejan acceder a ese otro en el que está el resto de la gente. Y eso muchas veces creo que la gente que está en extranjería olvida como todo esto también afecta en la emocionalidad de las personas, y es muy cruel, y seguramente tu relato, las personas que puedan escucharlo, haga remover un poco en este sentido.

IVONNE: Sí, a pesar de todo considero que he tenido muchísima suerte, muchísima, pero también la he buscado ¿sabes? Inconscientemente, inconscientemente la he buscado porque me siento muy afortunada de verdad, muchísimo, porque a pesar de que hay gente que, pues no me ha tratado nada bien, que no lo ha disimulado, han habido ángeles ¿no? Ha habido ángeles que sí me han tratado de una manera espectacular y me han hecho ver la vida de otra manera. Yo también … esto me ha dado a mí para reflexionar, para filosofar, para entender que todo tiene una razón de ser. No me ha arrepiento de ninguna decisión, de absolutamente ninguna. Hay cosas que todavía me cuesta llevar conmigo misma y sé que es parte de todo el proceso de la experiencia. Hay días en los que sufro por todas estas cosas, hay días en los que no me acuerdo.( risas) Porque es así. Porque no quiero vivir encapsulada en que ayyyy, soy la migrante, sufrida, mira, no, no, no, no. No quiero ser tampoco la pena de no, no. Tampoco me gusta el activismo de que soy la migrante y aquí me quedo, no, no. Yo soy muy echada para adelante, aunque a veces algo me quiere detener ahí, pero sí soy muy echada para adelante. Siempre yo digo, yo resurjo de las cenizas siempre, me levanto de donde sea siempre. Me cuesta, lo sé, pero me levanto, lo sé. Y nada pues ahora yo creo que estoy en una etapa muy diferente de mi vida. La vida me ha dado un cambio, un giro enorme totalmente, eh, y he sido muy afortunada. He tomado la decisión de no querer limpiar casas porque esa es otra cosa. Sos latina, y ¿qué vienes a limpiar?

ÁNGELA: O a cuidar.

IVONNE: O, ¿ vienes a cuidar señores? Y no está mal hacerlo pero no me gusta encasillar a la gente para que haga algo. Porque soy latina voy a a limpiar, y ¿por qué no puedo trabajar en una tienda? o me pongo un trabajo de camarera, o me pongo un negocio, o me monto algo, ¿por qué no me puedo montar un negocio? o ¿por qué no hago una cosa diferente?, voy a ser ingeniera, voy a ser no sé que… o me busco la vida de otra cosa.

ÁNGELA: Exacto. Es como que tu experiencia en tu país de origen desaparece ¿ no?

IVONNE: Desaparece, es así.

ÁNGELA: Entonces esta identidad que parece que ha quedado ahí, que no existe. No mira, es que yo tengo una experiencia antes de venir aquí. No me puedes leer solo porque sea latina me corresponde cuidar, o limpiar ¿ no? Todo eso que hay que ponerlo de manifiesto ¿ no? Que tú en tu caso eras una persona que trabajaba en los medios, que eras reconocida, y es como ¿por qué voy a negar todo eso que fui ? ¿ no?

IVONNE: Es así, se borra totalmente. Y ya sabes que todo esto eh, si tienes una carrera, pues todo lo que hay que hacer para poder, para que tus diplomas sean, se puedan, puedan ser válidos aquí. Pues yo no tengo una carrera realizada, tengo una experiencia, pero no una carrera hecha. Yo en mi caso decidí no trabajar en lo mismo. No quiero hacer lo mismo que hacía en Nicaragua, pero claro, también eso es parte de mi responsabilidad decir ahora qué hago en este país. Y sin embargo pues busqué trabajo en Cantabria. Me fui a cortar fruta, estuve en una tienda, estuve de camarera, de qué más, no me acuerdo ya, pero de todo un poco. Buscándome la vida. Le estuve llevando a alguien redes sociales de su empresa, bueno, y me buscaron, me buscaron  para cuidar una señora, pero dije no. También nosotros los migrantes somos culpables de aceptar trabajos donde se nos maltrata, donde se nos humilla, donde se nos paga mal. Y yo siempre digo, no. Uno mismo se lo permite pero es que yo veo tantas historias de gente que gana mal y que los maltratan, y digo: “ pero qué haces ahí”. Es que sino, no. Siempre va a haber otra opción, lo que pasa es que cuesta dejar eso porque te parece que es lo único que está. A mí me ofrecieron una vez para cuidar a una señora creo que eran 10 euros el fin de semana. Y yo estaba necesitada de dinero, necesitaba totalmente. Y dije no. Ya buscaré otra cosa. Ya me buscaré la vida, haré algo. Que me acuerdo que empecé a vender ropa en Vinted, en ese momento yo dije,: “bueno si me vendo una blusa son 10 euros pero estar con la señora todo el fin de semana 10 euros”, yo dije, pero es que esto no es medio normal. Entonces no lo acepté y cuando trabajé cortando arándonos me pagaban a 1,5 por kilo de cortada. Empezaron así, yo lo estaba haciendo, pero ya después en tres días me pagaron 10 euros, me los tiraron así en la cara, así en la calle como si yo era una mierda. Me los tiraron y yo dije no. Yo no me puedo, o sea maltratar de esta manera. Después estuve trabajando en una tienda empacando CBD. Estuve trabajando para el confinamiento, trabajé cuatro días desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la noche. Me dijeron : "ayúdame, mira, yo te voy a pagar bien, 100 el día”. Venga, yo voy, claro, por supuesto yo dije. Me detuvo la policía porque en el confinamiento tú tenías un permiso de algo, me detuvo la policía casi me iban a multar y para que después los días que había hecho no me los quisieran pagar. Pasé más de un mes peleando con la persona para que me pagara. Me dijo que me iba a pagar con cannabis, y yo le dije no, yo quiero mi dinero. 

ÁNGELA: El dinero por lo trabajado.

IVONNE: Entonces se aprovechan de una situación de una persona que está vulnerable, de una persona que necesita dinero, y como necesita dinero le puedo pagar cualquier cosa. Porque como no tiene, si yo le doy 5 estará feliz dicen. Es lo que piensan. 

ÁNGELA: Es miserable, sí.

IVONNE: Después me fui a trabajar de camarera en Torrelavega, me fui a trabajar un fin de semana. Me dijeron que me iban a pagar 10 la hora. A la hora llegada he ganado 20 euros por trabajar sábado y domingo. Entré a las 8 de la noche y salí a las 2 y media de la mañana, donde hice todo y de al final yo estaba a la una y media de la mañana lavando baños. Entonces te quedas como, a ver, ¿qué hago aquí? Entonces ese tipo de situaciones pues a mí, por ejemplo, me llevaron a pensar yo no quiero hacer esto o al menos yo voy a estar en un lugar donde respeten mis derechos. Yo no puede ser que voy a trabajar en un lugar que no me lo van a pagar bien, tengo que hacer de todo. O sea ¿cómo funciona este sistema en este país? ¿cómo funciona el sistema laboral? Yo me quedé un poco perpleja, eh.

ÁNGELA: Porque encima es esta cosa de que tenéis que estar agradecidas porque tenéis un trabajo ¿no? Que este es otro de los mensajes que se manda a las personas migrantes y atenta contra los derechos humanos y la dignidad de las personas.

IVONNE: Y las prácticas laborales. Que las prácticas laborales también están usadas para explotar y especialmente cuando uno hace prácticas laborales en esta … Por ejemplo a mí me paso. En la empresa de empleo de Cantabria, donde te anotas en el paro, en el EMCAN. Yo estaba anotada ahí y yo hice varios cursos. Hice cursos para de esa manera yo poder conseguir un trabajo. Hice curso de camarera, saqué un curso de costura, de modista, para poder hacer arreglos y todo eso. A ver, que andaba buscando yo hacer cosas para aprender un oficio, algo, y tener de qué ganarme la vida. Y yo hice un curso de camarera donde me mandaron hacer a mí pasantías al hotel Chiqui donde yo estuve un mes gratis viajando de Torrelavega a Santander. Entraba a las 7 de la mañana y me iba a las dos de la tarde y digo yo: “ pero esto cómo puede ser, cómo puede funcionar esto de esta manera” Como una persona… No te van a dar ni un vaso de agua eh, desde las 7 de la mañana. Que la gente a las 11 se toma su cafecito, no sé qué, y nosotros entrábamos ahí a las 7 y nada, no te decían ni siquiera de la bollería que sobraba… porque nos tocaba a nosotros todo el buffet de la mañana del hotel, ni siquiera te decían: “ agarra un bollito con un vaso de leche”, nada. Y yo decía es que esto no es normal. Es cierto, estoy haciendo unas prácticas pero no puede ser que no te den nada y te exijan eh.. porque te exigían de una manera brutal. Y me decían las que estaban ahí ¿ y te quisieras queda trabajando?  Yo aquí trabajando, no. Yo no quiero trabajar aquí, nunca. Madre mía es que era aquello horroroso. 

ÁNGELA: Seguramente todas estas experiencias que cuentas de dificultad, de tener que pelearla también hayan traído en ti algunos saberes, como ya vienes contando, también de saber poner límites, pero si hay alguna otras cosa que te sea interesante compartir también de cara a estos saberes que te ha dado también esta experiencia migrante.

IVONNE: Yo creo que sí me ha hecho más fuerte, me ha hecho más fuerte. A pesar que a veces uno se siente débil ante la vida por obvias razones. Que amanece y cree que no va a poder con todo, pero realmente sí me ha hecho totalmente fuerte. O sea podría venir mañana una guerra y a mí no me da miedo, o sea así. Cuando vino el covid y la gente estaba como ahhh el covid y yo como ¿ qué me estás contando? Pero si estás en tu casa con comida, bebida, techo, viendo Netflix, comprando cosas online. Yo decía pero esto es una tontería. Es cierto, pobre por la gente que perdió familiares y en ese sentido lo pasó mal. Pero la vida es así eh, la vida son experiencias. Uno se enferma, muere, es la naturaleza de la vida y que hayamos estado encerrados con tantos privilegios… y en eso que en ese momento cae que me niegan el asilo. Me negaron el asilo y yo no tengo oportunidad de conseguir algo, ¿cómo? Si estamos encerrados y estaba cerrado todo y… y claro pues mi situación me sentía muy vulnerable. Que a mí si me jode, estoy encerrada, me joden el asilo, no tengo en qué trabajar. Por eso me fui a trabajar de lo que te dije. Me fui a trabajar empacando CBD porque dije bueno, hay que buscarse algo de pasta ¿no? Pero sí, yo creo que me ha dado mucha fuerza esta experiencia. Todavía me falta mucho por vivir, apenas son 31 años, no es nada, soy una niña. Para mis 31 años siento que he vivido demasiada experiencias, yo creo que más que los chavales de mi edad. Yo les digo: “ ustedes han tenido una vida Disney” ¿no? Pero la vida es así, ha tenido que ser de esa manera. A mí me ha correspondido tener esta vida, la cual abrazo, la cual amo con todo mi ser, aunque a veces a este ser lo latigo un poco también. Porque a veces taca taca taca…

ÁNGELA: Hay que remover dices ¿no? 

IVONNE: Pero a veces hay que latigarlo un poco para que espabile, porque sino nos podemos quedar un poco allá, y a mí me pasa mucho eso eh. A veces yo… esa es mi debilidad, distraerme y quedare un poco ahí atontada, y a veces tengo que decir ¡ tía despierta! Y seguro estas experiencias me han servido para espabilar, para despertar, para estar más presente, para saber apreciar la maravilla de la vida. Porque a veces pueden ser los momentos más agridulces, puedes estar durmiendo en la calle, pasando frio, pasando hambre… Pero algo que yo tenía que, aunque fueran esos momentos así, pues yo daba gracias. Yo daba gracias, porque aun con eso yo me siento muy afortunada, pero muchísimo. Hay gente que seguro la ha pasado peor que yo, que tenía hijos, que bueno, que ha dejado familiares allí mal. Yo por ejemplo mis padres aunque no tienen una vida económica buena, pero bueno, pero están bien. Tienen salud, tienen que comer ,tienen techo, y hay gente que pues ni siquiera tienen energía ni agua potable, entonces no me puedo quejar de la vida porque realmente si soy muy afortunada. Estoy durmiendo en la calle pero bueno estoy viva, tengo mi cuerpo, tengo mi cara, respiro, tengo salud.

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